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How the transition to fairer and more sustainable transport is unfolding in Mexico City

It’s midnight at the Metrobús Júpiter Bus Depot, and a silent operation is just beginning. While the city sleeps, drivers of 60 electric buses pull into the yard, ready to start recharging their batteries. The gentle hum of the electric motors is joined by blinking lights and the clear instructions of the staff overseeing the charging stations.

Just a few years ago, this bus yard was a completely different place: old diesel buses growled through the night, shaking the ground and clouding the air with smoke. But switching from diesel to electricity involves much more than just quieter motors and cleaner air. 

At Júpiter Bus Depot, electric buses recharge their batteries after midnight to take advantage of lower electricity rates. Photos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

Deysi Salais, a Metrobús driver for over six years, believes that comfort and ease of operation make all the difference. 

“First of all, the cab is more comfortable… the seats, the air conditioning. When you’re driving for eight hours, you need comfort. And driving these buses feels completely different—much smoother and calmer. You don’t feel the heat or all the pressure from other things,” she explains, smiling as she shows off her workspace.

Deysi drives whichever bus she is assigned on any given day. During Metrobús’s transition to electric mobility, she received training provided by Yutong, the manufacturer of the electric buses, to ensure that the technology and know-how were fully transferred to the staff. Photos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

The ease of driving means greater comfort for passengers too. As Deysi points out, “The braking on an electric bus is completely different… we have two types of diesel buses, and with one of them it’s hard to make the braking smooth—sometimes passengers could think we don’t know how to drive. The regenerative braking on electric buses is very gentle, both for the passengers and for us.” 

Regenerative braking works by converting the bus’s kinetic energy into electricity every time it slows down, storing it in the battery to make the vehicle more energy-efficient. Paired with the overnight charging cycle, this technology allows the electric buses to run autonomously throughout the day on Metrobús Line 3. 

Metrobús Line 3 (Tenayuca – Santa Cruz Atoyac) was the system’s first fully electric route. Each bus can carry up to 160 passengers and travel 330 kilometers on a single charge. Recharging the batteries takes approximately 3.5 hours. Photos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

In 2023, the first 60 electric Metrobús buses were deployed with technical assistance from the Zero Emission Bus Rapid-deployment Accelerator (ZEBRA), an alliance led by C40 and the International Council for Clean Transport (ICCT), with strategic support from GGGI. 

Reducing greenhouse gas emissions is one of the most widely recognized benefits of switching to electric mobility. But for the people who drive the electric buses, as well as the passengers who ride them every day, the transition also means quieter, more comfortable journeys. At the same time, expanding electric bus lines in cities across Mexico helps the country to meet its environmental commitments under the Paris Agreement. 

After showing how the control panel of the electric bus works, Deysi calls herself “lucky,” because her job is also her passion: navigating the streets of a vast city that keeps its pulse thanks to the workers of its public transport system. 

“I think it’s a huge benefit for the planet. We’re already so polluted, and now it’s our turn to help clean up—to leave something better for our children. That’s why I think it’s such a great project for Metrobús to aim for all its lines to be electric someday—hopefully soon. As a woman and as a driver, it’s been a big challenge because we took courses and received training, but being part of this transition and this change has been something very beautiful and rewarding for me.” 

Today, Metrobús operates 141 electric buses as part of a total fleet of 872 units across seven lines. In June 2025, four bi-articulated electric bus prototypes began test runs on Line 1 (Indios Verdes – El Caminero). The Government of Mexico City has also announced plans to add 420 more electric buses by 2030. GGGI continues to support the transition of other cities across the country toward cleaner, more comfortable, and more accessible public transportan essential step toward green growth and sustainable development. 

 

 

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Motores eléctricos, corazones al volante

Así se vive la transición a un transporte más justo y sostenible en la Ciudad de México

Es medianoche y en el Patio Júpiter de Metrobús comienza una operación silenciosa. Mientras la ciudad duerme, las conductoras y conductores de 60 autobuses eléctricos ingresan y preparan sus unidades para iniciar la recarga de baterías. El discreto murmullo de los motores eléctricos es acompañado por luces intermitentes e instrucciones del personal que opera las estaciones.

Hace unos años, el panorama de este patio de maniobras era muy distinto: Las antiguas unidades a diésel ensordecían la noche e impregnaban el ambiente de humo. Pero la diferencia entre los autobuses eléctricos y los de combustión interna no se limita al ruido y a las emisiones.

Patio Júpiter durante las maniobras de recarga de baterías. El ciclo se lleva a cabo después de medianoche, para aprovechar la tarifa preferencial en el consumo de energía eléctrica. Fotos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

Deysi Salais, conductora de Metrobús desde hace más de 6 años, ve en la comodidad y facilidad de operación un factor decisivo para preferir las nuevas unidades eléctricas que el sistema ha ido adquiriendo en los últimos años.

“Para empezar, la cabina es más cómoda… los asientos, el aire acondicionado. Para estar ocho horas manejando necesitamos comodidad. Además, el manejo es totalmente diferente, más tranquilo. No sientes la presión del calor y un montón de cosas”, explica, sonriente, al mostrar su espacio de trabajo.

Deysi conduce indistintamente cualquier unidad de autobús que le sea asignada. Durante la transición de Metrobús hacia la electromovilidad, recibió las capacitaciones que Yutong (la compañía fabricante de los autobuses eléctricos) proporcionó para garantizar la transferencia de tecnología al personal. Fotos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

La comodidad de manejo se traduce también en confort para las personas usuarias del transporte público, pues, como resalta Deysi, “el frenado de un autobús eléctrico es totalmente diferente… nosotros tenemos dos tipos de autobuses a diésel, en uno de ellos nos cuesta mucho trabajo que no sea tan brusco, a veces los pasajeros pueden pensar que no sabemos manejar. Entonces, el frenado regenerativo de los autobuses eléctricos es muy amigable tanto para el usuario como para nosotros”.

El frenado regenerativo convierte la energía cinética en electricidad cada vez que el autobús reduce la velocidad, almacenándola en la batería para mejorar la eficiencia energética e la unidad. El ciclo de carga permite la circulación autónoma diaria de los autobuses de la Línea 3 del Metrobús.

La Línea 3 del Metrobús (Tenayuca – Santa Cruz Atoyac) fue la primera ruta 100% eléctrica de este sistema de transporte. Sus unidades cuentan con capacidad para 160 usuarios y pueden recorrer 330 kilómetros. La recarga de sus baterías toma 3.5 horas. Fotos: GGGI / Miguel Herrera Flores.

En 2023, se desplegaron los primeros 60 autobuses eléctricos de Metrobús con la asistencia técnica del Acelerador de Despliegue Rápido de Autobuses Cero Emisiones (Alianza ZEBRA), una alianza liderada por C40 y el Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT), con apoyo estratégico de GGGI. 

La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es uno de los beneficios más difundidos sobre la transición a la electromovilidad; sin embargo, las personas que operan los autobuses eléctricos, así como las usuarias y usuarios de Metrobús, experimentan diariamente trayectos más silenciosos y cómodos; asimismo, la implementación de líneas de transporte eléctrico en diversas ciudades del país, contribuye al cumplimiento de las metas ambientales asumidas por México en el Acuerdo de París.

Después de explicar cómo funciona el tablero de control del autobús eléctrico, Deysi se llama a sí misma “afortunada”, porque su trabajo es también su pasión: Conducir y abrirse paso por las calles de de una inmensa ciudad que mantiene su pulso gracias a las trabajadoras y trabajadores del transporte público.

“Yo creo que es un gran beneficio para el planeta; ya estamos muy contaminados y ahora nos toca hacer un poco el trabajo de limpiar, de dejar algo mejor para nuestros hijos. Por eso me parece un muy buen proyecto de Metrobús querer que en un futuro —ojalá pronto— todas sus líneas sean eléctricas. Como mujer y como operadora ha sido un gran reto, porque tomamos cursos y nos dieron preparación, pero haber sido parte de esta transición y de este cambio es algo muy bonito y gratificante para mí”.

Actualmente, Metrobús tiene 141 autobuses eléctricos, que forman parte de una flotilla total de 872 unidades distribuidas en 7 líneas. En junio de 2025, entraron en circulación 4 prototipos de autobuses eléctricos biarticulados, que realizan pruebas en la Línea 1 (Indios Verdes – El Caminero). El Gobierno de la Ciudad de México también anunció la incorporación de 420 unidades eléctricas más hacia 2030. GGGI continúa apoyando la transición de otras ciudades del país hacia un transporte más limpio, cómodo y accesible, como una ruta decisiva hacia el crecimiento verde y desarrollo sostenible.